“Casi el paraíso” con actuaciones sólidas y valores de producción excepcionales logran llevarnos de la risa a reflexiones complejas y críticas sobre el panorama actual del país.
Basada en la novela homónima del escritor y periodista mexicano Luis Spota es adaptada al cine por primera vez a la época actual en “Casi el paraíso”, ópera prima, del director Edgar San Juan. La novela de Spota es considerada como una de las joyas de la literatura hispanoamericana del siglo XX ya que retrataba la hipocresía del poder político en México en los años cincuenta.
La cinta adapta y trae a la época moderna esa premisa y arranca con el Conde Ugo Conti (Andrea Arcangeli) tomando un vuelo hacia México para conocer la cultura del país. Ugo es realmente el hijo de una prostituta que con total habilidad logra entrar a la aristocracia italiana y, por extrañas circunstancias, adopta el nombre y título del príncipe Conti, quien, por un defecto de nacimiento permanece internado de incógnito en un hospital. Gracias a flashbacks vemos como Ugo se convierte en un caza fortunas, gigoló, y seductor profesional que conquista a bellas mujeres y jóvenes, quien sin querer en empieza a salir con Teresa Rondia (Karol Sevilla), la hija del importante político mexicano Alonso Rondia (Miguel Rodarte), que está a punto de ser anunciado como candidato a la presidencia del país ayudado por su jefa de relaciones públicas Frida Becker (Esmeralda Pimentel).
Tal y como sucede en la novela regresamos en el tiempo y descubrimos como Ugo, que en realidad se llama Amadeo, llegó a convertirse Conde Conti. Años atrás trabajando en un pequeño pueblo de Italia conoce a Frida, una mexicana exiliada de la cual se enamora, por un gesto amoroso Ugo acaba en la cárcel y ahí conoce a un aristócrata italiano que lo toma como protegido, Maurizio Lombardi, y que al salir de la cárcel le dice que para triunfar y ser rico tiene que dejar de ser Ugo y convertirse en alguien más, y de ahí nace el Conde Conti. Ya en el presente al reencontrarse con Frida y verse envuelto en varios problemas económicos se mete de lleno en la vida de los Ronda que lo pondrá en varias situaciones difíciles y a la vez enfrentar a una decisión que cambiará su destino para siempre.
Con muy buena mano la dirección de San Juan saca excelentes actuaciones de su elenco y con un humor muy negro expone la corrupción, las intrigas y la decadencia moral de una clase gobernante del país que oculta su mediocridad tras un velo de lujo y poder.
Con locaciones en la Ciudad de México, Acapulco y Bari, Italia, la cinta nos sumerge de lleno en la vida del Conde Conti, ofreciendo una crítica atemporal de los excesos y vicios de quienes manejan los hilos del poder. Todo esto con una deliciosa banda sonora de los éxitos italianos que en México han sido acogidos por todos con mucho amor como por ejemplo la icónica “Maldita primavera”.
“Algo que es muy importante de esta novela es que nos hace darnos cuenta de que en 60 años hay cosas que no han cambiado: la corrupción y la avaricia de nuestra clase política es la misma. Para esta película hemos buscado los mejores momentos de la obra para ofrecer a la audiencia una historia que propicie el diálogo, para que los mexicanos nos podamos ver como en un reflejo” explicó el director en conferencia de prensa.
Está adaptación divierte realmente y a la vez logra mantener la ironía mordaz del material original. Sevilla y Rodarte explotan su carisma cómico y la química entre Pimentel y Arcangeli se encarga de llevarnos a buen puerto a lo largo de toda la película. La cinta gracias a su humor negro deja entrever que la política no ha cambiado su turbio manejo desde los años de Spota a la actualidad siendo un fiel reflejo del tejido cultural de nuestra nación.