Parásitos

Este es el momento perfecto para contarles de la película coreana “Parásitos”. La semana pasada ganó el Golden Globe como “Mejor película de lengua extranjera” y la próxima semana se darán a conocer las nominaciones de los Oscares y a nadie va extrañar ver su nombre aparecer en las ternas.

La trama podrá sonar simplona pero no lo es. Todos los miembros de una familia coreana se encuentran sin trabajo. Cuando el hijo mayor, por pura suerte, empieza a dar clases particulares en una adinerada casa, las dos familias, que tienen mucho en común pese a pertenecer a dos mundos totalmente distintos, comienzan una relación de resultados imprevisibles. No quiero entrar en detalles porqué los giro de tuerca de la trama son tan geniales que no los ve venir uno nunca.

El director de la cinta es el coreano Bong Joon-ho. Un director de cine cuyas películas incluyen el drama criminal “Memories Of Murder” (2003), la película de monstruos “The Host” (2006) y la película de acción y ciencia ficción “Snowpiercer” (2013); las dos últimas están entre las películas más taquilleras de todos los tiempos en Corea del Sur.

Una historia que en un principio puede parecer una sátira poco a poco se convierte en una despiadada critica social mundial: ¿Pueden los pobres realmente entrar en el mundo de los ricos?. La narrativa escrita por el mismo Bong y Han Jin-Won seguramente recibirá muchos halagos sobre las capas de profundidad enterradas en su cuento, pero también la cinematografía realizada por Kyung-pyo Hong es una proeza llena de virtuosismo visual. La cámara parece desaparecer y ser un miembro más de la familia que logra los engaños más increíbles (salidos casi de una cinta de “Misión Imposible”) con tal de colarse en la vida acomodada de familia rica.

Llena de simbolismos para analizar en clases de cine en las universidades o simplemente para una charla interminable tomando un café después de salir de la sala cinematográfica. Como el porqué el apartamento donde vive la familia pobre está a la mitad de la calle- están atrapados entre dos mundos, entre los que “no tienen nada” y “los que lo tienen todo”. Un dilema mundial que todos podemos asimilar: los ricos sobreviven a cuesta de la clase trabajadora, sin importar que sean profesores, amas de llaves o choferes, da igual. “Ellos” viven en un mundo donde los mortales solo podemos soñar vivir.

La crítica social que menciono no es tendenciosa, tiene la cualidad de ser simultáneamente entretenida como dolorosa (una vez que te cae el veinte del horror que puede ser la vida de estos personajes que como dice el titulo se alimentan de otros seres para vivir).

Este ensamble de actores es brillante y perfectamente balanceado que para futuras referencias se los nombro: Song Kang-Ho (como Kim Ki-taek), Lee Sun-Kyun (como Park Dong-ik), Cho Yeo-Jeong (como Yeon-kyo), Choi Woo-Shik (como Ki-woo), Park So-dam (como Ki-jung), Lee Jung-eun (como Moon-gwang) y Chang Hyae-Jin (como Chung-sook).

Para finalizar les reitero, la trama de la película es realmente inesperada, brillantemente impredecible en formas que se sienten innovadoras para una época en la que parece que todas las historias ya han sido contadas. Cada vez que piensas que ya sabes que va a pasar la historia se va para otro lado. Tienen que confiar en mi palabra al decirles que es una de las mejores películas del año.

Por Andrés Naime @Naiime