Días de Guardar
Por Alfonso López @DelfinDeAcero
En los años 80 (y supongo desde mucho antes) el reporte diario de taquilla de los cines se llamaba Taquillómetro, el cual era recopilado y emitido cotidianamente por la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica CANACINE; aunque solamente cubría los cines del Distrito Federal y áreas conurbadas. Ante el escaso avance tecnológico de la época en materia de telecomunicaciones, la solicitud de datos se realizaba vía telefónica: cine por cine, noche tras noche. Desde las oficinas de la Cámara se llamaba o se recibía, religiosamente -ya bien entrada la noche y asomando la madrugada, los datos de taquilla en ingresos y asistentes, de cada una de las salas de COTSA (Compañía Operadora de Teatros), Cadena Real, Circuito Alarcón, Telecines CASA (de Don Carlos Amador), Circuito Ramírez (antecedente de Cinépolis), Cinemas Metrópolis (de Paco Flores y Pepe Díaz) y de varios cines independientes. En fin, de todo aquel exhibidor que estuviera afiliado a la Cámara. Dicho documento era el único vínculo a la numeralia del sector de la exhibición. Los lunes la entrega era triple ya que se acumulaban los ejemplares del fin de semana. Es pertinente apuntar que el dichoso folio se entregaba matutinamente de manera personal por “propios” (repartidor o courier, como prefieran) en las oficinas de las casas distribuidoras, laboratorios, empresas publicitarias, dulceros, productores, arrendatarios de cines, editoriales de prensa, etc. En fín, en el lugar de trabajo de todo aquel que pretendíera estar al día con el devenir de la industria cinematográfica. El resguardo de tan valiosa información era un problema por si mismo, ya que el famoso Taquillómetro era un documento de tamaño A4, o más que doble oficio, impreso por medio de un “Mimeógrafo” a base de alcohol, con tinta azul. Ignoro si el método requería previamente de la “picada” de un “stencil”, o la modernidad del aparato ya no lo requería.
Este método casi artesanal de surtimiento de la información pervivió hasta el advenimiento comercial de las computadoras a mediados de la década de los 90.
Ya con todo el estallido del universo del software y del internet, no tardaron en surgir empresas especializadas en el manejo masivo de datos. Entonces apareció en México (antes en EEUU y Europa), la empresa EDI Nielsen dedicada (en una de sus tantas ramas) a proveernos de toda la información imaginable, relativa a las empresas exhibidoras: las películas, los cines, los resultados de taquilla, análisis de rendimiento, historial de exhibiciones, comparativos anuales, gráficas de tendencias y cuanto indicador se nos ocurriera. Y entonces nacieron los Nielsen-lovers. Pero luego, ya metidos en la carrera de los monopolios, Rentrak International compró a Nielsen EDI, pero luego IBOE compró a Rentrak y finalmente nos encontramos en la era de ComScore, que terminó comprando o evolucionando a partir de los primeros.
Así como algunos no pueden vivir sin ver todos los días los resultados del futbol de todas las superligas del planeta; y otros desayunan con los datos de las bolsas de valores internacionales; otros más terminan sus noches o inician sus días viendo los resultados de taquilla de las películas o los niveles de asistencia de los cines o los arranques de corrida o comparando resultados de producciones similares o calculando el tamaño del desastre del más reciente blockbuster o ilusionándose con una alza súbita de la taquilla en el resto del fin de semana o sonriendo porque no será mucha la pérdida acumulada de su última realización. Habrá también quien se vanaglorie de su suerte de principiante o que genuinamente vea recompensada en taquilla la fé depositada en su historia llevada a la pantalla. De todo hay en este valle de celuloide.
Así la frenética vida de la industria del cine. Datos, datos, datos y más datos. Pero por primera ocasión en muchísimos años, este fin de semana del 3 de abril del 2020, ya no hubo datos de taquilla. Porque no hubo funciones de cine en todo México y en gran parte del mundo. El motivo es de sobra conocido.
Para que todos volvamos a estar juntos tranquilamente en una sala de cine lo más pronto posible, debemos ahora estar juntos, pero en nuestra casa. El compromiso es comunitario.
Ojalá y el Taquillometro amanezca un día de estos en nuestra oficina.