Un tributo al padre del cine surrealista: Buñuel en el Laberinto de las Tortugas.
En 1932, después de causar mucha controversia con su película “La Edad de Oro” el director Luis Buñuel no cuenta con nadie que quiera producir su nuevo proyecto. Ahí aparecerá su amigo Ramón Acín, quien con un boleto de lotería consigue el dinero suficiente para que su amigo cineasta pueda filmar su documental en Las Hurdes, una de las regiones más pobres y olvidadas de España.
En esta película de animación; el director Salvador Simó trata de retratar un momento clave en la vida de Buñuel en forma de detrás de cámaras de “Las Hurdes, tierra sin pan” en donde se toca la amistad, los sueños de Buñuel, sus obsesiones y miedos, su deseo de hacer la gran obra a cualquier precio, todo transmite una verdad llena de fuerza.
En un punto podemos sentirla como una bella carta de amor al cine, lo que significa hacer cine, la búsqueda de encontrar la identidad. Aquí Buñuel sufre delirios con el pasado, una lucha de ideas con Dalí, nos llevan a un punto de décadas antes de que se volviera en icono internacional, donde no conocía su propio arte, un profundo viaje para crear este corto documental híbrido entre ficción y realidad.
La animación es muy minimalista, a diferencia de las superproducciones que estamos acostumbrados a ver. Hay una constante combinación entre la animación 2D y el 3D en los planos que vemos, haciendo tributo a la novela gráfica en la que está basada. La estética surrealista y cruda acompañan a la psicología del modelo animado de Buñuel que entre su perversidad, hay un lado bastante humano. Quizás aquí es donde sufría el director al crear su arte tan provocador, en este viaje encontró un destello de humanidad, bondad y empatía. La amistad con Ramón Acín, la gente en “Las Hurdes” le ayudaron a encontrar ese cine del que ahora podemos discutir y celebrar.
También algo que no se remarca mucho cuando se habla de animación, es el trabajo de las voces detrás de estos personajes. Aquí tenemos a Jorge Usón como un excepcional Luis Buñuel, incluso podemos sentir las emociones, la tristeza, la desesperación como una película live-action. El resto del reparto también hacen un increíble trabajo, haciendo sentir al espectador como parte del crew de rodaje.
Durante el desarrollo visual podemos encontrar una fusión entre las imágenes de la película de Buñuel cuando los personajes miran a través de la cámara, dándole contexto y perspectiva combinadas con la animación. Haciendo que la ópera prima de Salvador sea bastante íntima y que respete el trabajo de tan importante director de cine. Una simbiosis, acercando la animación a la realidad, sin fisuras.
La música compuesta por Arturo Cardelús, con orquesta de cámara y coro de cuarenta voces, es una belleza auditiva aunque a veces se sienta que solo quiere melo dramatizar las escenas que estamos viendo en pantalla, logra su cometido para enganchar al espectador.
Quizás los problemas que le encontré están en el abanico de temas que quiere tocar la película ya que durante su segundo acto se disuelven. Temas como la relación padre-hijo del ya mencionado protagonista, se quedan superficiales. Sin embargo en su última media hora se enfoca en la amistad y logra triunfar a pesar de los baches que tuvo en el camino.
Como su escena introductoria lo remarca, al final “Buñuel en el Laberinto de las Tortugas” es una película que celebra la importancia de la amistad en la travesía de filmar, de esos momentos clave que marcan a uno para encontrar la identidad como artista para crear un arte que conmueva a los demás.
La película se estrena a nivel nacional este jueves 3 de diciembre en diferentes salas de CDMX, GDL, León, Monterrey y demás estados.
Por Alejandro Guajardo Twitter: @Alex_Guax