Los Plebes de los directores Eduardo Giralt y Emmanuel Massu
Por Diana Galán
Desde que comenzó la Guerra contra el narcotráfico en México desatada por el gobierno del expresidente Felipe Calderón en 2006, las grandes productoras audiovisuales no escatimaron en financiar series, telenovelas o películas bajo esta temática en donde se generaron estereotipos de narcos y del mundo en el que están inmersos, casi siempre partiendo de una visión morbosa y exaltando a cada instante la violencia. Sin embargo, distan mucho de la realidad que viven las personas que día con día son reclutadas para trabajar en los cárteles y de la cotidianidad en que se desarrollan.
Eduardo Giralt y Emmanuel Massu se internan en una comunidad de jóvenes sicarios millennials de Sinaloa liderada por La Vagancia, quien con 29 años se encuentra al final del espectro de vida de un sicario. A través de este documental buscan explorar y conocer los momentos de ocio en los que estos jóvenes tienen tiempo de ser ellos mismos, con sus preocupaciones, anhelos, sueños, miedos y juegos. Es por esto, que la opción más cómoda y natural que encontraron para acercarse y filmarlos fue desde un celular, lo cual, les permitía crear un espacio familiar pero también lúdico.
Los plebes logra que el espectador pueda deambular en la intimidad de esta comunidad a partir de los relatos o las rutinas de sus protagonistas, por ello, nunca veremos una escena violenta, sino que asistimos a la búsqueda de pequeños destellos de vida, ternura o afectos en medio del ambiente sofocante y crudo del narcotráfico. Los rostros permanecen anónimos como una forma de mantener segura la identidad de los jóvenes, pero también es, quizá, una seña de lo que el sistema hace al precarizar las juventudes y dar pocas oportunidades para una vida digna.
Tanto La Vagancia como los demás están conscientes de que salir de ese mundo es imposible, al menos, de que los asesinen o los encarcelen; así como de la fugacidad de esa falsa “seguridad” financiera que les prometen y constantemente anhelan una libertad por momentos fragmentada: sus cuerpos y psique también son afectados por el escenario bélico. Este filme se enriquece al salir del statu quo y de desechar los lugares comunes desde donde se retrata a los jóvenes que trabajan para los cárteles. Asimismo, problematiza la representación al que el mass media nos ha acostumbrado para acercarnos a su realidad y no a las que se construyeron desde visiones privilegiadas.