Estanislao, del Dir. Alejandro Guzmán Álvarez
El segundo largometraje de Alejandro Guzmán relata la historia de Mateo (Raúl Briones), quien después de quince años regresa a la fábrica textil en ruinas que habita su familia: Estanislao (Fernando Bonilla), su hermano, y Orlando (Concepción Macías), su padre. Se intuye que el motivo de su visita es la reciente muerte de su madre; la historia poco a poco toma tintes fantásticos y de suspenso con los cuales el director sugiere el misterio que enmascaran los personajes. A partir de las tonalidades grisáceas y la música típica de un thriller creada por el compositor Giorgio Giampà el ambiente se vuelve turbio, desolador y melancólico.
Desde los primeros diálogos que intercambian Orlando y Mateo es notorio que éste tiene resentimiento hacia padre; su comportamiento hostil, tanto con él como con Estanislao, revela que los lazos familiares están facturados, descubrir el por qué alienta al espectador a delimitar los roles que cumplen en la dinámica dentro de la fábrica.
Aunque al principio de la narración Estanislao es apenas una presencia fantasmal que solo genera confusión, las expresiones en el rostro de Mateo cuando el nombre de su hermano es mencionado proyectan la extrañeza, el miedo y una suerte de aberración que siente por él. La espesura del escenario toma sentido cuando su identidad es descubierta: Estanislao es un monstruo, una criatura alejada de los límites creíbles destinada a permanecer oculta, en el cual se conjugan el cuerpo de un hombre y la cabeza de un pájaro, es gigante, tosco y lleva como vestiduras las telas dispuestas a su alcance.
De la misma forma que Mateo experimenta la relación con su hermano, parece que para las personas del exterior Mateo es un ser marginal y extraño, su comportamiento fuera del refugio que es la fábrica es inseguro y vulnerable. Conforme avanza la trama las problemáticas que sufre el protagonista son innegables. Mateo pasa por un proceso de divorcio, perdió su trabajo e intenta mantener las apariencias frente a Orlando, con quien tiene bastante en común, ya que ambos intentan ignorar las condiciones de vida que llevan y sus conflictos internos; de hecho, la ambivalencia de atmósferas en el desarrollo de la historia ponen de manifiesto el mundo interior y exterior de los personajes. Orlando se refugia en el alcohol y Mateo se niega a aceptar que su esposa ha decidido separarse de él, probablemente por su conducta violenta.
Pese a la caracterización que se presenta de Estanislao en pantalla como un ser salvaje, es el único que muestra bondad y fraternidad en un momento complicado.
