Bohemian Rhapsody: ¿La Historia de Freddie Mercury?
Abordar la película sobre Freddie Mercury desde un punto de vista cinematográfico o analizar la película como un documento biográfico exacto sobre la vida del cantante de Queen es un despropósito, un vulgar anhelo de convertir esta cinta en algo que no es y jamás pretende ser.
Molestarse siguiera porque la pantalla verde se hace presente en gran parte de la película, o porque las pelucas son notorias, el bigote falso recibe demasiada exposición o porque las fechas simple y llanamente no cuadran es perder el tiempo.
Esperar exactitud histórica, profundidad en la gran cantidad de temas que trata la película, como las relaciones amorosas de Freddie, su consumo de drogas, sus problemas familiares o su fatal enfermedad es una petulancia.
No, no vinimos a eso. Estamos en la sala de cine viendo “Bohemian Rhapsody: La historia de Freddie Mercury” para homenajear a un hombre de origen parsi llamado Farrokh Bulsara nacido en 1946 y que brilló por encima de los propios integrantes de su banda, con un estilo único y una voz excepcional. Estamos aquí para ser cautivados por una presencia mágica y poderosa, somos cómplices y comparsas de una admiración que raya en el fanatismo. Estamos ciegos ante la voz y la genialidad de un simple ser humano atormentado y por momentos frágil pero imponente y temerario ante una multitud que abarrotó en 1985 el Estadio de Wembley.
Así que no te agobies, déjate seducir, canta, baila sobre tu asiento, explota de alegría y de llanto ante la magia de ver a Rami Malek interpretar magistralmente a Freddie Mercury en Bohemian Rhapsody: La Historia de Freddie Mercury.