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Cinéxtasis

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Notas

La recién estrenada “Napoleón” entretiene e inspira a generar más interés en los hechos y personajes de la vida real en la que se basa. 

Al fin está en cines la tan esperada versión de la vida del emperador francés Napoleón Bonaparte bajo la visión del director de “Alien, el octavo pasajero” y “Blade Runner”: Sir Ridley Scott. Si buscaban una cinta fiel a la verdad histórica esta película no es la opción. Más si buscan una interesante, y muy bien hecha, película de guerra, sexo y edición vertiginosa, “Napoleón” es una excelente elección. 

La cinta arranca con Napoleón (Joaquin Phoenix) presenciando la ejecución de María Antonieta en el apogeo del “Reinado del Terror” que definió la Revolución Francesa. Todos los franceses pueden corroborar que eso no sucedió. Este tipo de libertad artística para contar la vida de este personaje aplica para el resto de la cinta. A Scott le interesó más contar una historia desde el punto de vista clásico de un soldado sin dinero aspirando la riqueza, por ello lo visto en la pantalla puede ser refutado ,al tomarse ciertas licencias narrativas para crear una historia interesante para sus personajes. 

En este tenor, la vida de Napoleón cambia por completo cuando conoce al amor de su vida: la aristócrata Josefina. Y el casamiento con esta viuda lo ayudará a ser uno de los personajes históricos más recordados y estudiados para llegar a ser el gran conquistador. El director de “Gladiador” es experto en secuencias de guerra y lucha. En la primera batalla (la historia se estructura en torno a una serie de batallas clave que definieron la carrera de Napoleón) vemos cuerpos volando y caballos masacrados de manera aterradoramente detallada. El número de muertos en cada batalla es evidente; el sufrimiento masivo nunca ignorado por la cámara, incluso, si el propio Napoleón es indiferente a las agonías de sus hombres. Para todos los que temían que “Napoleón” restara importancia o justificara el número de víctimas de Bonaparte, no tienen de que preocuparse… el guion no lo hace. Está claro que Scott y el guionista David Scarpa no están impresionados por cómo la intensa vanidad de este hombre lo llevó a tales extremos.

Es más, en esta versión, el Emperador está más centrado en conquistar al amor de su vida que cualquier otra cosa.  Sabiendo que nunca será un aristócrata con modales, el Napoleón de Phoenix parece un psicótico combatiendo al mundo entero para hacerse notar por sus estrategias bélicas más que sus dotes y habilidades sociales. 

Hacer una cinta histórica podría pensarse sería aburrida, pero en el resultado final se podría decir que además de épica es una comedia. El contraste entre la violencia incesante del campo de batalla y los tropiezos de Napoleón en la sociedad y las disputas matrimoniales crea una expansión enorme de la historia de un matrimonio. Cuando Napoleón está en la cima del mundo, las batallas parecen fáciles. Cuando se ve obligado a divorciarse de Josephine por el crimen de no poder darle un hijo, las peleas se vuelven angustiosamente prolongadas. Es decir, al parecer la vida amorosa es quien dicta el rumbo de la vida de este personaje. Scott insiste en que Napoleón no es nada sin Josefina. Sus cartas son obras maestras sensuales y, en ese momento, el lenguaje florido del deseo era intencional y prueba de la educación de un aristócrata. “Napoleón” nos ofrece un emperador que no estaba contento con sus victorias, el poder, su lugar en la historia y su deseo de una dinastía. Sólo Josephine lo hacía feliz. Al final de cuentas es una historia de romance y comedia. Risas entre el público hasta la última escena donde Napoleón cae muerto. 

Las actuaciones de Phoenix y Kirby no tienen objeción alguna. Retratan a los personajes que el director quería. Y además la edición de la dupla Sam Restivo y Claire Simpson y la cinematografía de Dariusz Wolski hacen que la producción final de todos los elementos se vean excelsos.

Si se animan a verla, sugiero que se olviden de sus imprecisiones históricas, y la consideren como una versión extremadamente ficcionalizada de lo que pasó en la vida real. De esa manera, querrán investigar más sobre los personajes reales por su cuenta y mientras tanto en el cine se la pasarán muy entretenidos. 

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