Si aman a sus hijos caninos no hay manera que no amen la nueva película “Dogman”. Definitivamente conmovedora y alentadora con mucha alma canina; un hermoso homenaje al mejor amigo del hombre.
Ya está en cines la más reciente cinta del aclamado director francés Luc Besson, experto del uso efectos generados por computadora (CGI) y estética estilo MTV de los ochentas llenas de secuencias de acción. ¿Quién podría olvidar “El quinto elemento” o “Nikita”? Su regreso a la pantalla grande es “Dogman”, la historia de un excéntrico villano con el superpoder de comunicarse con los perros.
Cuando arranca la película uno no sabe exactamente de qué se va a tratar pero una vez que arranca la trama quedas encantado con el universo creado para el personaje de Douglas Munrow interpretado por Caleb Landry Jones, ganador como mejor actor en Cannes por la australiana Nitram.
En la primera escena, Douglas es detenido por la policía al mando de un camión en el que transporta una jauría de canes de toda raza y tamaño, mientras va vestido de Marilyn Monroe en su atuendo de la clásica escena de “Diamond’s Are A Girls Best Friend” con rastros de sangre en el cuerpo y en la ropa. Además, está en silla de ruedas y sus piernas, envueltas en un aparato ortopédico mecánico muy elaborado. Ya en la comisaría inicia un largo interrogatorio, a cargo de empatica psiquiatra Evelyn (Jojo T. Gibbs) que nos permite descubrir su pasado en forma de flashbacks y comprender cómo ha llegado hasta allí.
La inspiración para esta cinta provino, en parte, de un artículo que el director leyó sobre una familia francesa que metió a su propio hijo en una jaula cuando tenía cinco años. A partir de esa lectura, Luc Besson se cuestionó cómo algo así afecta mentalmente a una persona: ¿Cómo se sobrevive y qué se hace con el sufrimiento? La película “Dogman” es una exploración de esa idea. Existen unas subtramas apenas abordadas como el imperio del las bandas de pandilleros sobre los barrios bajos de Nueva York, el abuso matrimonial que sufre la Dra. Evelyn o el drag como arte que salva vidas. Ninguna de ellas se estudia a fondo pero sirven para complementar la historia de nuestro protagonista.
Para el rodaje de esta cinta se recurrió a más de quince entrenadores de perros para contar esta historia de la mejor manera posible. Antes de comenzar a filmar, el protagonista pasaba tres días completos con cada perro, para familiarizarse y practicar escenas juntos.
La actuación de los perritos es gloriosa en verdad. Besson logra sacar personajes de cada uno. Y no se puede negar el nivel de actor que es Caleb Landry Jones que hace de este hombre de los perros un personaje complejo, redondo y muy entrañable.
Tan hermoso es el mensaje universal de “Dogman” que ganó el premio “Golden Lion” a mejor película en el prestigiado Festival de Cine de Venecia. Esta cinta es la perfecta elección para los amantes de los perros y, quizá, ayude a otros a entender porque los humanos los llamamos los mejores amigos del hombre.
