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“Con todos menos contigo” es la opción romántica para iniciar el año que te deja tan buen sabor de boca como un delicioso pastel de bodas.

Este fin de semana se estrena “Con todos menos contigo” enmarcada por dos carismáticas actuaciones por parte de sus protagonistas, Sydney Sweeney y Glen Powell, acompañados por un fabuloso ensamble y locaciones Australianas de ensueño.

La trama es muy sencilla aún cuando se ha promocionado como la adaptación contemporánea de la novela de Shakespeare “Muchos ruidos y pocas nueces”. La estudiante de Derecho Bea (Sweeney) conoce al atractivo y, un poco más mayor,  Ben (Powell) en una cafetería, donde se llevan bien y tienen una primera cita increíble. Su atracción está al rojo vivo hasta la mañana siguiente, cuando un malentendido arruina para siempre su potencial romance. Pasan los meses y los dos se encuentran inesperadamente reunidos de la manera más incómoda en una boda en Australia. Para evitar preguntas y aún más intromisiones por parte de sus familias, Ben y Bea fingen ser pareja durante una semana solo para superar el evento.

Teniendo en cuenta que la historia de Shakespeare Much Ado About posee más de media docena de elementos básicos de la trama de todas las comedias románticas, no debería sorprender que a esta le falten sorpresas, giros y cualquier otra cosa que le dé a la película una razón para mirar más allá de la química entre los protagonistas. La parte más importante de cualquier comedia romántica es la química entre los dos protagonistas de la película, y Powell y Sweeney la tienen a raudales. Ellos son tan carismáticos que por ello sobresalen sus actuaciones de ella en la serie de “Euforia” y “The White Lotus” y de él en “Top Gun: Maverick”. 

Podemos ver a leguas la intención de la producción de recuperar un estilo cinematográfico de los años 90. La dirección de Will Gluck utiliza todos los ángulos para hacernos sentir que estamos viendo una gran película como lo fue “La boda de mi mejor amigo”, o “Sleepless in Seatle”. La fotografía hermosa de Danny Ruhlmann por todo Sydney hace que quieras tomar el primer avión hacia ese lado del mundo y hacer un gesto romántico frente a la casa de la Ópera, no importa que sea tan cursi como recrear una escena de “Titanic”. 

Que quede algo claro, esta película no es para todos, los que no sean adeptos de las comedias románticas estarán con una carota durante la mayor parte de la película. Pero para los demás, que deseamos un rato agradable de risas y admirar bellos paisajes, la película está bien hecha y logra lo más importante de todo: entretener de principio a fin.

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