‘Anatomía de una caída’ es una de las películas más interesantes del año. Es un abierto reto al cinéfilo a convertirse en juez de un asesinato enganchándolo desde sus primeros minutos.
Obviamente existen cintas donde no puedes hacer una reseña exhaustiva de lo que pasa ya que spoileas todo pero por lo menos la anectoda de ésta excelente cinta de juicio psicológico sí se las puedo contar.
Daniel de once años, que tiene una discapacidad visual, sale a dar un paseo con su perro guía. Es él quien al regresar con Snoop, el perro, descubre el cuerpo de su padre y le grita a su madre, Sandra. Llega la policía y ahí arranca realmente la trama para intentar saber si fue un asesinato o un suicidio.
A estas alturas ya están las nominaciones al Óscar, si es que creen que ser nominado vale algo, y esta cinta no solo cuenta con la nominación a mejor película, sino con cuatro más. A Justine Triet por “mejor directora”, a Sandra Hüller por “mejor actriz protagonista”, a Justin Triet y a Arthur Harari por ”mejor guion original” y a “mejor edición”.
Hay que decir que no se trata de la película más fácil de ver y exige mucho del espectador, sobre todo hasta el final del primer acto, la forma en que se desarrolla todo, el desarrollo de su guión y los caminos y destinos de su planteamiento temático son absolutamente fascinantes. Es una de las películas más realistas en su aproximación a hechos desconocidos. No pretende ser un espectáculo cinematográfico llamativo, pero ofrece mucho para involucrar tu materia gris cada vez que piensas en ello.
La actuación de la madre, Hüller, es estoica y a la vez conmovedora. El intenso escrutinio público de saber si es o no la asesina de su marido nos lleva durante más de horas a la locura. Y es de aplaudir los matices de la creación de su personaje. Ambiguo se queda corto. Complejo sería una mejor definición.
Rápidamente todo se convierte en un juicio mediático de tres pistas, un fiscal odioso, un defensor convencido de la inocencia de su cliente y todos nosotros, los espectadores en asombro absoluto al tratar de conectar todo y crearnos un veredicto.
La reconstrucción policial de la muerte del padre interpretado por Swann Arlaud es brutal y dolorosa. Tras la autopsia, que resulta ser “no concluyente”, las autoridades deciden indagar sobre lo sucedido aquel día en los Alpes, donde vivían los tres casi aislados del mundo. La esposa, junto a su hijo de interpretado por Milo Machado Graner, sufren junto con la audiencia averiguando paso a pasito detalles de la vida íntima de la pareja para llegar a una conclusión.
Su directora transforma el juicio en una disección de la pareja, que es la que realmente encarna la ‘caída’ a la que hace referencia el título del filme. La desmenuza, la coloca en el centro de un juzgado rodeada de miradas que la cuestionan y la muestra, sin por ello corromperla, con crudeza. Todos nos llevamos las manos a la boca por las pruebas y testigos que van apareciendo. Ese nivel de intriga siempre se siente en los guiones mejor escritos.
Para finalizar, la cinta es un misterio intrigante de principio a fin. Haciéndonos poner en juicio nuestras propias nociones de “la verdad” y de cómo los seres humanos somos tan aptos para creer en la maldad en vez de la posibilidad de lo normal y factible. Eso si, confirmo mi creencia desde joven, una historia con un niño y un perrito se roban siempre los corazones del público en un segundo. “Anatomía de una caída” tiene un guión memorable y realizado a la perfección. Solo para públicos exigentes.