“Secretos de un escándalo” te dejará impactado con lo profundo de su mensaje y el hecho de presenciar un ciclo interminable de abuso en todas sus formas.
Este fin de semana se estrena una de las películas nominadas al Oscar por su guión original de Samy Burch, “Secretos de un escándalo” del director Todd Haynes, y sin parecerlo, es una de las películas más perturbadoras que he visto en los últimos meses. Y que si pueden verla en la pantalla grande… háganlo.
La trama parece muy simple, una reconocida actriz de Hollywood, visita a una mujer común y corriente en el Estado de Georgia, EUA, porque va a ser una película biográfica de su vida y el romance “entre comillas” que tuvo con su actual esposo y fue un escándalo. Se preguntarán por entre comillas, es por la simple razón que cuando pasó el romance ella tenía 36 años y el 14. Con solo ese dato, no se debe de quedar con la boca abierta.
Todos los hechos de la película (ficticios no vayan a creer) pasan en el tiempo actual, y parece que todos ya están viniendo una vida muy normal. La mujer en la que se basa la historia Gracie Atherton-Yoo (intérpretada por Julianne Moore) está feliz casada, hace pasteles por encargo y atiende a sus hijos… de su exmarido y a los hijos que tuvo con el joven antes mencionado. Ella cumplió su sentencia en la cárcel y todos felices. Entonces con la llegada de la famosa actriz Elizabeth Berry (Natalie Portman) nos adentramos al día a día en la vida de Gracie. Elizabeth quiere tomar nota de cómo es ella para poder hacer un retrato fiel en la película que hará. Lo que no sabe es que no todo está perfecto como todos lo piensan. El pueblo sigue impactado por la historia y la familia sufre todavía las consecuencias del amorío que sucedió años atrás. A lo largo de la película, podemos ver que no todo está bien, hay señales que indican que todos están dañados o afectados por la situación. El mismo esposo ahora adulto de 32 años, Joe Yoo (interpretado magistralmente por el joven Charles Melton) se comporta raro, y como que no está completamente de acuerdo con esa vida.
Aquí entra cuestión de si hacer una película sobre esta historia, ayuda en algo, o revive las llamas de lo que fue el desastre y un escándalo para la vida de estas familias. Obviamente, los hijos de Gracie y Joe no están nada contentos con que se revise la historia de por sí, tienen una vida difícil. Siempre han vivido en el ojo del huracán, por ser los hijos de la mujer que sedujo a un niño.
Elizabeth quiere ser lo más fiel posible a Gracie y contar una historia de que quizá el romance no fue mal intencionado. Para ello se mete hasta la cocina, entrevistando a todos los conocidos, visitando los lugares, y hasta cenando con la familia para ver su dinámica.
Creo que lo brillante de esta cinta es hacernos reflexionar si el arte debe contar todas las historias que existen, aportan algo, esclarecen, algún dato oculto, o simplemente son para generar una expectativa y un reavivar el. escándalo. El estilo de la dirección siempre es calmado y pausado como si no pasara nada pero sientes que la tensión es gigante. Para cuando termina la cinta, la duda en el espectador es: ¿realmente fue tan inocente ese amor? ¿O en verdad estamos frente a un monstruo que abuso de un niño de 14 años?
La cinta merece verse por las actuaciones de estas grandes actrices, tratando de dar matices a personajes tan complejos, dentro de un idílico día de campo donde todos “no son lo que aparentan”. Entre todos estos personajes desencajados, la Elizabeth de Portman podría ser invisiblemente la más desagradable de todos. Al observar a Gracie, nota sus rasgos físicos y su comportamiento. (“¿Mecánico o simplemente eliminado?”, se pregunta). Es muy observadora y astuta, pero también parece a punto de sumergirse por completo en la identidad de Gracie. Cuando Elizabeth va a hablar con un grupo de estudiantes de secundaria, le preguntan cómo es hacer una escena de sexo. Ella señala que por lo general están muy coreografiados, pero luego habla de “perder la línea”, de dejar que la realidad y la ficción se mezclen. Su voz se convierte en un susurro sensual mientras habla, como si estuviera a punto de perder la línea en ese mismo momento, frente a todos estos niños. OMG.
Al parecer nadie tiene límites en esta película, lo que significa que todos los que los rodean tienen que afrontar las consecuencias, un ciclo interminable de abuso en todas sus formas. La película es a la vez humana y mordaz. Es por eso que el tratamiento estilístico que hace Haynes del tema termine siendo tan estremecedor. Repito uno sale de la sala sin saber exactamente cómo sentirse con respecto a todo esto. ¿Creemos el romance o el caso de pedofilia?