fbpx

Cinéxtasis

Lo más excitante del cine

CríticasNotas

“El día que todo cambió” con su veracidad  nos hace cuestionar nuestros valores y creencias sobre la justicia.

Llega a las pantallas grandes la nueva película mexicana “El día que todo cambió” dirigida por Javier Colinas, estelarizada y escrita por Luis Arrieta con todo el estilo y valores de producción que cualquier cinta norte americana. 

La trama inicia mostrándonos la sencilla y amorosa vida de Mario (Arrieta) y su esposa Ana (Geraldine Galván) cenando en un restaurante chino. Todo nos diera a entender serán felices por mucho tiempo. Al salir del restaurante son víctimas de un asalto que tendrá consecuencias mortales. Años después al ver que la justicia oficial no da frutos, él se da a la tarea de buscar a los asesinos de su felicidad y hacerlos pagar. 

Hablando con Arrieta me contó que quisieron hacer una película diferente y arriesgada que tuviera al espectador al borde de su asiento. Y al salir de la función puedo asegurarles el objetivo fue logrado exitosamente. 

Empezamos por una historia que podría pensarse caería en lugares comunes de cintas extranjeras pero la libra a la perfección al construir personajes muy humanos y donde podemos realmente vernos reflejados. En el cine de los Estados Unidos, las películas de justicieros ganaron prominencia durante la década de 1970 con “piedras angulares” como Death Wish o Harry el sucio, ambas con múltiples secuelas. Pero con el paso de los años dejaron de ser tan frecuentes.

En esta el personaje justiciero de Mario es un ciudadano común y corriente y tiene tantos destellos de humanidad que no hay manera que uno no quiera que cumpla su misión. Es más, aplaudimos, cada una de sus victorias. Pero después de que te cae el veinte de lo sucedido te cuestionas si debemos estar en acuerdo con lo que hizo o en contra de ello. Es ahí donde se centra lo brillante de el guión de la cinta. Desde el protagónico hasta papeles secundarios que lo ayudan como la transeúnte Tania (Gabriela Cartol) o la urgenciologa Dra. Ivana (Marcela Guirado) brillan por su naturalidad y carisma cinematográfico. Con pocos minutos en pantalla logran robarnos el corazón.

Los antagónicos de la historia tienen vidas normales no caen nunca en los estilos de malvados solo porque si. Podemos ver como son en su día a día y que aún cuando sabemos de qué son capaces viven una rutina como cualquiera de nosotros. Pedro (Luis Alberti) y Rayo (Diego Martínez Villa) encarnan a un par de criminales que odias en los primeros minutos de la película pero al ser enfrentados cara a cara con Mario dudamos que camino debe tomar la historia. 

La fotografía de Jerónimo Rodríguez-García es perfecta. Nos adentra a la vida de esta pareja en tonos oníricos hasta el momento del asalto donde todo cambia a colores urbanos y oscuros. Un gran acierto para retratar a nuestra vida cosmopolita. 

Con tantos aciertos es fácil decir que todos saldrán con un excelente sabor de boca después de ver esta cinta, tanto por sus actuaciones, como por la reflexión sobre la fina línea que marca la venganza de la justicia. 

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *