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La nueva cinta de Russell Crowe, “Exorcismo” es un drama psicológico palomero con buenos sobresaltos y ruidos espeluznantes.

La nueva cinta “Exorcismo” se sitúa en el set de una película dentro de una película, siendo más exactos, un remake de “El Exorcista” de 1973 que todos amamos, y que por el momento se llamará “El proyecto Georgetown” en referencia a la localidad de la cinta original. Cuando el actor principal muere, la producción tiene que encontrar un reemplazo, y es ahí donde comienza la historia de Anthony Miller (Russell Crowe), un actor problemático que está luchando con reiniciar su carrera después de la muerte de su esposa y un par de años tortuosos para recuperarse de sus adicciones. 

Uno pensaría que la historia seguiría a Tony, pero toma un giro radical al tratar sobre su hija Lee Miller (Ryan Simpkins) tratando de asimilar la muerte de su madre, estar expulsada de su escuela, y acompañar obligada por su padre al set del remake. Ahí Lee conoce a la protagonista de la cinta, una mega estrella juvenil llamada Blake Holloway (Chloe Bailey) y al Padre Conor (David Hyde Pierce) que será como un asesor de temas religiosos. Todos ellos y el resto del crew de la cinta empezarán a observar hechos misteriosos durante la filmación que sospecharán son producidos por un espíritu. 

Quizá todo esto suene como un típico cliché pero es en realidad mucho de la infancia del director Joshua John Miller (director y co-escritor) quien pasó viendo a su padre, Jason Miller, interpretando al Padre Karras arrojándose por una ventana en el clímax de “El Exorcista”. Jason nunca evitó contarle a Josh historias sobre la “maldición” de la película: los incendios misteriosos que plagaron la producción, las muertes extrañas, las lesiones de por vida, la lista seguía y seguía. 

El elenco y los demás valores de producción como la cinematografía por parte de Simon Duggan es de primer nivel.  Incluso, Duggan, fue reconocido por su trabajo en la cinta “El gran Gatsby” de 2013. Así que debería ser una gran película ¿no? Para mi gusto se queda a la mitad de ofrecer un gran thriller para terminar en una cinta buena, dominguera, que no aburre y te saca uno que otro sobresalto. 

Algo que entorpece que sea una verdadera cinta de terror son las abundantes subtramas que rodean a Lee. El duelo a su madre, la expulsion por rebeldía y el simple hecho de creer que su padre ha vuelto a recaer en abismo del alcohol. Una de las frases que mejor puede resumir la trama proviene del Padre Conor “Quizá no podemos cambiar a las personas pero si podemos perdonarlas”. Y reitero, aunque en la película hay algunos acontecimientos espeluznantes e inquietantes, ninguno alcanza realmente un nivel que la mayoría reconocería como terror, se queda en un drama psicológico dominguero. 

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