AQUAMAN: El rey de los siete mares.
POR: JAIME ROSALES @JaimeRosalesH
Una leyenda antigua habla de una isla-ciudad guerrera llamada Atlántida. Esta ciudad desapareció del océano después de ser derrotada por Atenas. Su existencia misma es tan solo un mito. No hay rastro alguno de que esta isla realmente existiera mas que los relatos de Platón. En 1941 More Fun Comics retoma la leyenda para crear Aquaman, el hijo de un explorador submarino que tiene la habilidad de respirar bajo el agua y de comunicarse con los peces y mamíferos acuáticos de manera telepática. Este hombre-pez es el heredero al trono de dicha isla.
Su aparición en la pantalla grande en la nueva serie de películas de DC Cómics-Warner se da por primera vez en la película Batman vs Superman: El origen de la justicia, posteriormente en La Liga de la Justicia y en este 2018 aparece de manera solitaria en su propio filme titulado simplemente Aquaman. Jason Momoa, actor y modelo de origen hawaiiano interpreta al heredero al trono del reino de la Atlántida (Atlantis).
Descubriremos su origen, su familia, sus traumas y sus debilidades, nos adentraremos en un mundo subacuático que jamás habíamos imaginado, desafiaremos todas las leyes de la física e inclusive de la cordura.
Entraremos a un reino que ha convivido con los seres humanos por miles de años y del que no teníamos noción alguna para conocer la historia cuasi shakesperiana del hijo pródigo de la Atlántida, que además de gozar de una musculatura envidiable tiene un sentido del humor inigualable. Afable pero fuerte, brutal pero bien buena onda, así es Aquaman, el rey de los siete mares, un nuevo superhéroe hecho de carne y harto músculo en una película que raya siempre en el absurdo y en la caricatura, que te llevará desde un pequeño puerto en Maine, E.U. hasta una Atlántida futurista con cañones hiper-acua-sónicos que destruyen al instante naves espaciales (¿naves espaciales debajo del agua?) y que resguardan coliseos romanos (¿no que era griega la mitología?) en donde se enfrentan a muerte herederos al trono imperial en un espectáculo bárbaro de luz y de color que saturan (si sufren de epilepsia mejor no la vean) la gran pantalla IMAX. Batallas imposibles y heroísmo puro.
Ninguna ley vendrá a impedirnos en este final del 2018 ver una historia divertida pero sin rumbo que no se parece en nada al Aquaman que conocimos en los Súper Amigos (Serie de caricaturas de los años 80) o en los cómics actuales. Este Aquaman es mucho más cercano a Dragon Ball Z con tintes del Señor de los Anillos, Mandibulín (¡Nadie me respeta!) y harto Bob Esponja.
Este Aquaman es el fruto de una nueva época de superhéroes nada serios y nada convencionales que trascienden la solemnidad de Zack Snyder para llegar a la tercer década del ya no tan nuevo siglo XXI y de una completamente nueva Warner Brothers.
Un éxito de taquilla seguro.