“La trampa”, la nueva cinta de M. Night Shayamalan, sorprende al ser un thriller policíaco original y angustiante para atrapar a un asesino.
Después de tanto esperar se estrena la nueva cinta del aclamado director de “El sexto sentido” o “Fragmentado”, M. Night Shayamalan. Con su sello muy particular, “La trampa” no decepciona al público en general ni a los fans del cineasta. La promesa de un thriller original está presente desde los primeros minutos y termina siendo una angustiante cacería del gato y el ratón.
La cinta arranca con la emisión de una adolescente que va asistir al concierto de su cantante favorita de la mano de su amoroso padre. El concierto será en un estadio lleno a reventar, donde como cualquier evento de una súper estrella hay, jóvenes gritando, stands de comida, souvenirs y la excitación implícita de ver a una mega cantante en vivo. En esta ocasión es un concierto de Lady Raven, una superestrella pop (interpretada por la hija de Shyamalan, Saleka Shyamalan) que es una especie de mezcla de Arianna Grande con Taylor Swift con música que inspirando a sus fans, que son en su mayoría chicas adolescentes, a cantar cada palabra y a gritar en casi todo momento.
La adolescente en cuestión es Riley (Alison Donoughue), una simpática estudiante de secundaria que se acaba de pelear con sus amigas de la escuela cuyo padre, el bombero y carismático Cooper (Josh Hartnett), intenta animarla y hacerla sentir mejor, y en una de esas, afianzar el vínculo padre-hija haciendo bromas y usando palabras cool que usa ella con sus amigas. Todo parece de ensueño hasta que Cooper va al baño y en su celular checa a un joven que tiene secuestrado en un sótano. Aquí todo se transforma y nos damos cuenta que el padre perfecto no es más que un asesino serial.
Este giro de tuerca no es un spoiler, ya que desde un principio nos damos cuenta que hay algo raro en los ojos de Cooper. Saliendo del baño ve como el estadio se va llenando inusualmente de policías y con una perspicaz charla con un empleado de un kiosco de souvenirs se entera que todo el concierto es, en realidad una trampa de la policía y el FBI para atrapar al asesino serial, apodado por sus crímenes como el carnicero”, que ahora sabemos es él. De ahí en adelante veremos una desenfrenada búsqueda de escapatoria por parte de Cooper, sin que su hija se dé cuenta. Vemos lo inteligente que es, y todas artimañas que aplica ante la policía para salir libre de la trampa.
Las actuaciones son de primer nivel. Hartnett ofrece una interpretación paterna cuya conmovedora fachada inicial se desquebraja según avanza la cinta. El padre dividido entre el amor paternal y los impulsos oscuros es a la vez aterrador y trágico. La joven Donoghue evoluciona de la inocente adolescente con problemas de amigas en la escuela a un personaje fuerte y complejo. Su actuación añade profundidad a la trama haciendo que su viaje sea tan convincente como el descenso de su padre a la paranoia y la desesperación.
La fotografía de Sayombhu Mukdeeprom es excelente tanto para crear la amplia gama de un mega concierto hasta la claustrofobia y pánico de los personajes. Las canciones que interpreta Lady Raven fueron escritas por la misma Saleka y son bastante buenas y pegajosas. El score instrumental compuesto por Herdís Stefánsdóttir es a la par hipnótico y su uso de cuerdas totalmente apropiado para un thriller de esta naturaleza.
“La trampa” resulta una aventura emocionante llena de suspenso y giros de tuerca impredecibles para atrapar a un asesino y la atención de los cinéfilos que no terminarán hasta ver los créditos finales salir en la pantalla.