“Alien:Romulus” es una verdadera joya del cine de ciencia ficción contemporáneo al rendir homenaje a las cintas clásicas y, al mismo tiempo, crear su propia mitología.
Uno de los estrenos del verano más esperados por fin está en las pantallas grandes de todo el país… “Alien: Romulus”, la séptima entrega de la franquicia “Alien” que inició Ridley Scott y después continuó James Cameron, David Fincher y Jean-Pierre Jeunet.
Esta nueva aventura lleva como protagonista al personaje de Rain Carradine (Cailee Spaeny) quien vive y trabaja incansablemente en el planeta “Jackson Star” que es un planeta minero oscuro y sucio donde debido a la densa atmósfera no hay ya luz solar. Aún cuando lleva varios años huérfana, a sus 25 años, ya es autosuficiente y sueña con llegar a Yvaga, un planeta más luminoso y hermoso, o por lo menos, eso es lo que ve en sus sueños.
Para llegar a ese planeta necesita un permiso de viaje por parte de la empresa minera Weyland-Yutani, que explota a ella y a casi todos los habitantes de “Jackson Star”, pero es rechazada una y otra vez. El poder tener una mejor vida se ve cada vez más lejos.
La oportunidad para obtener su libertad de las minas llega cuando su ex novio Tyler (Archie Renaux) la invita a ella y a su robot sintético Andy (David Jonsson) a formar parte de una misión rebelde con su grupo de amigos con la intención de volar hasta una estación espacial abandonada y robar sus cámaras de hipersueño para que todos puedan emprender el viaje de varios años hasta Yvaga. Todo parece tan sencillo como el ver por primera vez la luz del sol al salir de “Jackson Star” que nunca se imaginan el horror que encontrarán al llegar a la “Estación Renaissance”.
El “Renaissance” es una estación fuera de servicio compuesta por dos módulos: Rómulo y Remo. En esta estación de dos módulos simétricos el resto de los jóvenes personajes tendrán que enfrentarse a una de las creaturas más icónicas del cine de terror/ciencia ficción: el Xenomorfo (término que significa “forma alienígena”, del griego xeno-, que se traduce como “otro” o “extraño”, y -morfo, que denota forma). Kay (Isabela Merced), la hermana de Tyler, Bjorn (Spike Fearn), el primo de Tyler y Kay, y Navarro (Aileen Wu), la novia de Bjorn, uno por uno, tendrán su oportunidad de pelear y tratar de salir vivos de esta montaña rusa de terror espacial habitada por los fabulosos diseños inspirados por el artista suizo H.R. Giger.
El director uruguayo, Fede Álvarez, toma la batuta y hace un gran trabajo para entregar la séptima cinta de la saga. Su kinetica dirección y ágil libreto, aunadas, a la hermosa dirección de fotografía estilo retro-modernista del mexicano Galo Olivares (conocido por su colaboración con Alfonso Cuarón en “Roma”) hacen de “Romulus” una bocanada de aire fresco a la franquicia de Alien. Así mismo la banda sonora de Benjamin Wallfisch no solo rinde homenaje al score de “Alien” de Jerry Goldsmith, sino que también toma uno que otro remate de las que compusieron James Horner y Harry Gregson-Williams.
De aplaudir igualmente es la actuación de Spaeny, quien demostró sus dotes histriónicos en “Civil War”, nos presenta aquí una gran heroína de acción (muy al estilo de la Ellen Ripley de Sigourney Weaver) que claramente nos deja ver cómo su miedo se transforma en determinación y supervivencia, haciendo que el arco del personaje de Rain sea muy poderoso.
Como no quiero spoilear la historia solo puedo adelantarles que la historia se sitúa históricamente entre la primera cinta “Alien: el octavo pasajero” y su secuela “Aliens”. Y usa un poco de la historia explicada en las precuelas “Prometeo” y “Covenant”. Pero no pasa nada si no las recuerdan o no las vieron. Esta historia se cuenta sola. Solo para los fans de la franquicia veremos muchos guiños a todas las cintas que los mantendrán felices durante las casi dos horas que dura “Romulus”.
“Alien: Romulus” regresa el miedo a las cintas de la saga. Todo el cine saltó en algunos momentos y uno que otro grito se escuchó. Un punto más a favor para la cinta es que resulta desmedidamente entretenida y cautivadora en todo momento. “Romulus” entra por la puerta grande manteniéndose fiel a las cintas que le anteceden, respetando las ideas sobre la vida en el espacio y atmósferas visuales de la franquicia y, al mismo tiempo, creando su propia mitología para el beneplácito de las nuevas generaciones que van descubriendo esta historia de las más famosas creaturas alienígenas.