“El cuervo” de 2024 reinterpreta la historia del antihéroe del cómic con más bondad y veracidad para las nueva generaciones sin dejar de ser la oscura, llena de ira y violencia que recordamos.
Ya llegó a la pantallas grandes la reinterpretación moderna de la novela gráfica de James O’Barr “El cuervo” en la que el icónico gótico protagonista es interpretado por Bill Skarsgård que recientemente interpretó al payaso Pennywise en el exitoso remake de la película “IT”.
Por si las nuevas audiencias no conocen la premisa básica en la mitología del cómic en el trailer y prólogo de la nueva interpretación nos lo recuerdan: “Alguna vez la gente creía que cuando alguien muere, un cuervo lleva su alma a la tierra de los muertos . Pero a veces sucede algo tan malo que se lleva consigo una tristeza terrible y el alma no puede descansar. Luego, a veces, sólo a veces, el cuervo puede traer esa alma de regreso para arreglar las cosas equivocadas”. Mientras vemos esta explicación el director Rupert Sanders nos presenta a un joven, que se convertirá en el protagonista, ver como un bello caballo blanco muere atrapado en un alambre de púas sin poder lograr salvarlo… corte a los créditos iniciales.
De ahí arrancamos de lleno a la nueva interpretación donde el Eric adulto (Skarsgård) conoce a la bella Shelly (la actriz y cantante FKA Twigs) mientras están internados en un centro de rehabilitación. Shelly llegó ahí tratando de escapar de una misteriosa banda de asesinos decididos a matarla por un vídeo que tiene en su celular que es de vital importancia para su jefe Vincent Roeg (Danny Huston), un tipo que ha hecho un trato con el diablo y posee poderes demoníacos. Antes de que la encuentren escondida ahí, Shelly y Eric tienen una conexión inmediata que los lleva pasar varios momentos juntos, por lo que al ser descubierta, ambos escapan y logran tener un tórrido romance.
Después de jurarse amor eterno el destino fatal acaba alcanzando a Shelly. Los asesinos, cuya líder es Marion (Laura Birn) una mujer de acero que no tiene miedo de ensuciarse las manos y nunca sonríe, hacen lo que les pagan por hacer y Eric es meramente un daño colateral. Después de morir, Eric despierta en un limbo que parece una estación de tren abandonada y pantanosa, donde el único habitante del lugar (Sami Bouajila) le informa que, para salvar el alma de Shelly, debe regresar a su cuerpo (ahora invencible) y demostrar su amor puro y verdadero matando a todos los que compartieron la responsabilidad de su muerte. Así nace “El Cuervo”.
La estética de la película es una experiencia en sí misma. Les recomiendo verla en IMAX para admirar en una pantalla gigante la dirección de fotografía vanguardista de Steve Annis (quien hizo la fotografía de la serie “Foundation”) y la banda sonora original de Volker Bertelmann (que recientemente recibió elogios por la cinta de guerra “Sin novedad en el frente” y “Lazos de vida”) que junto canciones “Total depravity” de The Veils o “M.E.” de Gary Numan hacen que sea un agasajo audiovisual este viaje hermoso y elegante de texturas urbanas noir con un alcance muy íntimo.
Para mi gusto la confrontación con los malos en la casa de la ópera es una de las secuencias mejor logradas de la cinta ya que vemos realmente toda la fuerza y determinación de Eric por lograr salvar su misión. Esta violencia tan gráfica de horror postpunk pide a gritos que toda esta cinta sea solo el trampolín para nuevas aventuras de este icónico personaje amado por tantos.