En “La Sustancia”, Demi Moore se impone y refuerza su estatus de “Primera Actriz” con una actuación fabulosa, brutal y descarnada.
La nueva cinta de la directora francesa Coralie Fargeat, “La sustancia”, llega a las pantallas nacionales después de ser aclamada por varios críticos de cine internacionales y además de llevarse la “Palma de Oro” en Cannes por “Mejor guión”. Y no están nada equivocados, la cinta protagonizada por Demi Moore es todo un tour de force. El guión, de la misma Fargeat, que va desde la acción y el thriller al terror gore, le permite a Moore llevar su histrionismo hasta el límite en una audaz y brillante crítica social sobre los “cuerpos de las mujeres”. Como la sociedad los cataloga, estigmatiza, idealiza o aborrece.
La trama, ubicada en Hollywood, en un simpático prólogo nos cuenta rápidamente la historia de Elisabeth Sparkle (Moore), una estrella que con el paso de los años, es olvidada por los fans y actualmente es la conductora de un programa de aeróbics. Justo en su cumpleaños 50 cumpleaños Harvey (Dennis Quaid), el jefe de la televisora, la despide, según él, debido a su edad y su apariencia física la cual el público no quiere ver ya. Camino a casa un incidente cambia su vida y con la moral por los suelos recibe una propuesta descabellada. Un misterioso laboratorio le ofrece una “sustancia” milagrosa: si se la inyecta, se convertirá en “la mejor versión” de sí misma, “más joven, más bella, más perfecta” dice claramente el anuncio.
Entonces en una escena muy gráfica y sangrienta renace como la hermosa veinteañera Sue (Margaret Qualley) para ser la nueva conductora del programa de aeróbics. Solo existe una condición, el tiempo debe dividirse exactamente una semana en un cuerpo y luego una semana en el otro. Sin excepciones. Pero quizá no todo sea tan bello y perfecto en el camino al equilibrio perfecto en “la experiencia”.
Antes de seguir no puedo dejar de exaltar que esta cinta es lo que es por el fabuloso trabajo y entrega de Demi Moore. Sin duda es de sus trabajos más entregados y es un deleite verla en cada escena que tiene. Su trabajo está muy bien arropado por el exquisito estilo narrativo de Fargeat y por la hermosamente superlativa dirección de fotografía de Benjamin Kracun.
Siento a “La sustancia” como una fábula sobre las dos caras que puede tener la fama. Como aquellas frases icónicas de “¿que estarías dispuesto hacer por tus sueños?. Generalmente esto es un gesto inspirador, pero también, si lo llevas al límite puede ser desastroso. Aún cuando esa es una de mis interpretaciones, obviamente, no pierdo el punto de vista de la directora, que es, que uno debe amarse tal y como es. No importa lo que los demás piensen.
El resultado final es una cinta americana con estilo narrativo europeo que demuestra que lo exterior no es eterno, pero que no debemos dejarnos lavar el cerebro con la idea que debemos ser perfectos. Aceptar los cambios sin que la sociedad nos aplaste porque quizá si caemos en esa trampa acabaremos pisoteados en la banqueta. Los deseos por la perfección terminan siendo una pesadilla interminable. Sin duda nadie dejará se hablar de ella al salir de la sala del cine y Moore será reconocida seguramente en la temporada de premios del próximo año.