“La Reina de fuego” es una fastuosa cinta con actuaciones y producción impecables resultando en una mirada intrigante a un momento decisivo en monarquía inglesa de la corte Tudor.
Las cintas históricas siempre son un reto tanto para los creadores como para el público. El recrear momentos históricos no es sencillo, pero el director brasileño, Karim Aïnouz, logra entregar un exquisito drama histórico sobre la vida de una mujer con ideas revolucionarias para su época con actuaciones de alto calibre.
La trama arranca en la Inglaterra de la década de 1540, donde la Reina Katherine Parr, o Catalina en español, (Alicia Vikander) siendo la sexta esposa del Rey Enrique VIII (Jude Law), trata de manejar momentáneamente el reino que dejó atrás su esposo, un monarca inglés estratega pero a la vez cruel, mientras cría a sus hijos como si fueran propios, entre ellos María (Patsy Ferran), Isabel (Junia Rees) y Eduardo (Patrick Buckley). El reino que gobierna se encuentra tambaleando mientras su marido está en guerra en el extranjero. Entre sus consejeros se encuentran los hermanos Seymour (Eddie Marsan y Sam Riley), los antiguos cuñados del rey, y el obispo Stephen (Simon Russell Beale).
Las ideas y asociaciones progresistas de Katherine crean peligros potenciales para la monarquía Tudor, lo que a su retorno hace más difícil mantener su cálida relación con su marido. Los nobles y la Iglesia a su regreso comienzan a construir un caso en contra de Katherine para poder mantener su poder sobre el imperio inglés.
Déjenme iniciar con decir que Alicia Vikander es fantástica en su interpretación de la Reina Katherine. Logra mostrarnos una mujer de inteligencia astuta y una fuerza interior mesurada que contrasta con los horrores que soporta en un mundo de hombres y, después, por su propio esposo, quien por caprichos propios o por presiones de la corona, ha desechado a cinco esposas. El temor de Kat, como le dice el rey, es palpable en cada mirada. ¿La decapitará? ¿La quemará en la hoguera? Este sentir es una angustia latente a lo largo de la cinta. Todas las esposas fueron a menudo ensombrecidas por la personalidad colosal de Enrique VIII, pero todas, incluyendo a Kat emergen como figuras ricamente matizadas por derecho propio, luchando con el amor, el poder, la traición y la supervivencia en el impredecible mundo de la política tudoriana. Pero más que nada, sobresale como esta última etapa de Enrique VIII son las bases de la educación y creación de la hijastra Isabel como futura monarca de Inglaterra.
Aïnouz logra retratar perfectamente la tensión entre personajes públicos y privados quizá no reconocidos dentro de los libros de historia llenando de intriga el guion de Henrietta Ashworth y Jessica Ashworth. La directora de fotografía francesa Hélène Louvart logra transmitir la sensación opresiva que pueden dar los salones del castillo gigante, llenos de turbiedad que parece quitarle vida a todo. Incluso las cenas extravagantes y las fiestas en el jardín que parecen alegres pero en realidad están llenas de toxicidad masculina. Si a esto le sumamos el hermoso vestuario, con especial atención a los detalles de la época, realizado por Michael O’Connor, rápidamente nos damos cuenta que “La Reina de Fuego” lo tiene de todo para mantenernos interesados de principio a fin.
Prepárense para quedar cautivados por la cinematografía y las actuaciones de Vikander y Law, mientras disfrutan de un thriller político de exquisita manufactura sobra la notable dinastía moldeada tanto por sus mujeres como por su notorio rey.