“El aprendiz” está destinada a la controversia al ser un despiadado retrato sobre un personaje arrollador, pero en el fondo es una película muy entretenida que nunca pierde su sensación opresiva de oscuridad inminente.
El director iraní-danés Ali Abassi logra una cinta que todos debemos ver. “El aprendiz” es una historia sobre un hombre que asciende a los grandes niveles del mundo de negocios con una personalidad descarada y simplemente implacable, recordándonos que para entender a una persona debemos regresar a sus orígenes para saber de dónde salió. Como un plus, no es solo la historia de un hombre sino de un sistema de gobierno lleno de fallas.
La cinta comienza con el infame discurso del presidente Nixon diciendo “No soy un delincuente”. Esa pequeña escena enmarca todo el punto histórico en EUA de una era de corrupción política, desilusión y erosión de la confianza en las instituciones donde nuestro protagonista vive. Sentado en lujoso pero oscuro club de millonarios “Le Club” de Nueva York, el joven de cabello dorado (Sebastian Stan), atrapa la atención de un arrogante abogado (Jeremy Strong) que lo manda llamar a su mesa. Strong representa al arquitecto de una visión del mundo en la que el poder es la única moneda y Stan como el vehículo perfecto para ese sistema de creencias.
El joven aprendiz solo y tres reglas simples que seguir para ganar: “Uno: atacar, atacar, atacar. Dos: no admitir nada, negarlo todo. Tres: proclamar siempre la victoria, nunca admitir la derrota”. Pero el maestro también le deja al aprendiz un sentido distorsionado del patriotismo estadounidense, que el fanfarrón multimillonario convertirá más tarde en racismo tóxico y descarado.
La película ofrece actuaciones fenomenales por parte de de Stan y Strong, dejándonos boquiabiertos al observar momentos de genuina ambición y vileza. Logramos entender perfectamente el camino que recorrió el atractivo muchacho de Queens, que parece estrella de cine, para convertirse en una figura pública y política controversial al llegar a la máxima amplificación de sus rasgos y creencias juveniles. Sin duda también la nominada al Óscar, Maria Bakalova, hace un brillante trabajo para interpretar los varios matices de la primera esposa del aprendiz, que van desde una joven modelo a una esposa abusada y atrapada en un mundo de tinieblas. Es en sus últimas escenas que realmente sientes compasión por su personaje al ver como su esposo traiciona a su familia, a su mentor y a ella misma.
El periodista político Gabriel Sherman escribió el guión de la película presentando la relación de sus dos personajes protagónicos como algo psicológicamente básico pero creíble. Si a eso le sumamos a Strong que ha demostrado ser intenso como actor, como su trabajo en la serie televisiva “Succession”, aquí es la elección perfecta para el personaje de mentor sin escrúpulo alguno. Y aún cuando no era la intención de los creativos el hacer un documental, la recreación de la estética de los años setenta y ochentas newyorkinos del director de fotografía Kasper Tuxen es perfecta para ello. Incluso poner a actores recreando icónicas con Barbara Walter y Mike Wallace.
Vayan preparados para ver en “El aprendiz” una historia realmente grotesca, increíble y extraña sobre el ascenso al poder de uno de los personajes públicos más reconocido y una íntima disección de la época formativa del mismo que tendría repercusiones significativas en la cultura estadounidense y en el mundo entero.