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Cinéxtasis

Lo más excitante del cine

CríticasNotas

“El tiempo que tenemos” con sus impresionantes actuaciones es justo la historia de amor que necesitábamos para los nuevos tiempos que vivimos. 

Las películas románticas siempre han gustado pero se necesitaba una narrativa fresca como la que ofrece “El tiempo que tenemos” para las nuevas generaciones . Y sin duda las actuaciones de Florence Pugh y Andrew Garfield como los protagonistas nos robarán los corazones al ser tan brutalmente honestas y sinceras. 

La narrativa no lineal que eligió el director John Crowley es perfecta para contar una historia de amor que logra sortear, no uno, sino varios obstáculos para demostrar que el amor todo lo puede. No importa en qué parte de la relaciones visitemos a los personajes nos sentimos atraídos por su química y dinámica, ya sea hablada o corporal. 

Sin spoilear mucho la historia sigue a Almut (Pugh), una virtuosa chef, y Tobias (Garfield), un recién divorciado, cuyo encuentro sorpresivo cambia sus vidas. Después de enamorarse el uno del otro, construir un hogar y convertirse en una familia, existen un par de retos que deben enfrentar. 

El estilo de dirección de John Crowley es íntimo y accesible. El hermoso estilo utilizado por el director de fotografía, Stuart Bentley, utiliza cámaras en mano y close ups, para captar perfectamente sus reacciones y expresiones e interacciones. Esto ayuda, además, a que resulte más sencillo identificar exactamente en qué momento de sus vidas nos encontramos, ya sea cuando recién se están conociendo, o cuando están tratando de concebir, o cuando ya tienen una hija. Gracias a que Crowley y Bentley prestan gran atención al detalle como público obtenemos varios momentos de gran intensidad dramática y otros de pura alegría. 

Pero sin duda lo más fascinante son las actuaciones. Garfield se aleja de la actitud típica y tóxica de la masculinidad. Y Pugh demuestra una fuerza interior que seguro le valdrá muchas nominaciones si no es que el mismísimo Óscar. Juntos, crean una pareja cuya vida es buena sin caer en lo meloso. Su pasión emocional y física es encantadora. La forma en que cuidan uno del otro y de su hija Ella (Grace Delaney) se lee en pantalla como genuina y con un estilo muy actual, particularmente cuando se encuentran bajo estrés.

Asi que vayan a su cine favorito y prepárense para presenciar una historia de amor que sin caer en melodrama no creo deje un solo ojo seco en la sala al terminar la función.  

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