“¡Corre!” es la elección perfecta para cinéfilos exigentes del cine de suspenso que buscan un guion intrigante y manufactura de primer nivel.
“¡Corre!”, la ópera prima de Stéphan Castang, es una cinta francesa que ofrece una velada crítica social a la violencia social mientras nos lleva de la mano de una aventura donde los personajes principales se preguntan uno al otro: “¿Alguna vez has sentido que el mundo está en tu contra?”. Adentrándose en el género del suspenso, pero con un toque europeo, esta película te mantendrá cuestionándote si todos nos estamos volviendo locos y si existe un verdadero motivo para ello.
La cinta arranca en medio de una junta cotidiana en la vida laboral de Vincent (Karim Leklou) quien podría decir esta teniendo un mal día en la oficina. Primero, un joven becario lo golpea en la cabeza con su laptop y luego, Yves, su compañero de contabilidad, lo apuñala salvajemente con un bolígrafo en el brazo. Ambos ataques surgieron de la nada y los agresores no tienen idea de porque lo hicieron. Después en una reunión con el director de RH, Vincent se queda con la curiosa sensación de que, de algún modo, se lo merecía. Incluso su psiquiatra piensa que inconscientemente está buscando la atención de quienes lo atacan”.
Vincent solo sabe que al hacer contacto visual con las personas, arrancan unos ataques de odio en su contra por lo que decide correr a aislarse a la casa de campo de su padre. En una gasolinera del camino, conoce al misterioso Joachim (Michaël Perez), un ex profesor universitario que ahora vive en las calles con su perro. Joachim le informa sobre una página de internet de nombre web llamado “Los centinelas”, donde otras víctimas igual que ellos, comparten sus anécdotas de esta extraña situación. Vincent se inscribe y pregunta ¿Por qué la gente hace esto? ¿Están poseídos? ¿Es un virus?. A lo que Joachim le responde que todo es una incógnita y que puede nunca tener fin.
Después de adoptar un perro, ya que logran percibir cuando lo van a atacar, Vincent conoce a Margaux (Vimala Pons), una mesera en un restaurante cercano, y los dos entablan una improbable amistad. Como cualquiera al principio, Margaux piensa que está loco pero para demostrárselo Vincent la lleva a un supermercado donde una horda de compradores furiosos y violentos se lanza sobre su coche y Margaux termina creyéndole.
Gracias a la orgánica y sincera actuación por parte de Leklou, obtenemos un personaje creíble que está destinado a la soledad y la desesperanza por su extraña situación. Incluso el posible romance con el personaje de Pons nos termina dando varias escenas cómicas sin caer en lo absurdo.
El guion de Mathieu Naert resulta inteligente y oscuro al presentar un mundo donde la violencia espontánea surge y el futuro de la humanidad es incierto. El estilo del director de fotografía, Manuel Dacosse, abraza lo bizarro y negro de esta perspectiva y nos llena de una paleta que va de lo frío y oscuro de la ciudad hasta lo cálido y libre del ambiente rural donde Vincent decide acabar viviendo antes de buscar a los demás del grupo de centinelas.
Al final “¡Corre!” termina ofreciéndonos una excelente historia paranoica postapocalíptica sobre el victimismo perpetuo con deliciosos giros cómicos. La visión de Castang nos muestra una crítica social con un humor involuntario en medio del caos de este mundo en el vivimos pero no en el estilo hollywoodiense sino con uno del mundo del cine de autor europeo.