“Un hombre diferente”es simultáneamente una intrigante comedia negra y un thriller psicológico que resulta fascinante al ver tanta creatividad y actuaciones de primer nivel dignas de verse en la pantalla grande.
“Un hombre diferente” tiene tantas capas de interpretación que no sabría si llamarla comedia negra o drama psicológico ya que ofrece una de las más excelentes y fascinantes actuaciones por parte de Sebastian Stan. Sin embargo, al menos durante el primer tercio de la película, nadie diría que es él, ya que el rostro se esconde bajo un pesado maquillaje de látex para convertirse en el Edward Lemuel, afectado por neurofibromatosis. Una cinta que con este personaje principal tan característico nos expone una disertación sobre el narcisismo y auto indulgencia, pero que en esencia, se trata de un estudio para comprender el comportamiento humano como sucede en las recientes y aclamadas “La ballena” y “La sustancia”.
Edward, un aspirante a actor con una afección facial que le desfigura, camina por Nueva York temeroso y tímido ya que cree ver el juicio y el asco reflejados en cada persona que cruza su camino. Cuando una vecina nueva se muda al departamento de al lado, Edward se siente inmediatamente atraído por la ella, quien coincidentemente es escritora de obras de teatro. Vola (Renate Reinsve) es abierta y cálida, y no da señales de ver a Edward como diferente, pero su incomodidad internalizada consigo mismo le impide recibir sus gestos amables.
Edward se somete a un ensayo farmacológico experimental que le permite deshacerse de su desfiguración y emerge como un hombre tradicionalmente atractivo con una mandíbula fuerte, ojos azules claros y una sonrisa de estrella de cine. Adopta el nombre de Guy Moratz y “mata” a su Edward metafóricamente hablando ante el mundo. Con su nueva apariencia y carrera, el éxito recién alcanzado como agente de bienes raíces pone evidencia la forma en que el atractivo físico abre puertas, en particular en profesiones en las que la presentación personal es crucial.
El guión de Aaron Schimberg utiliza el recurso de montar una obra de teatro dentro de la cinta que permite una exploración más profunda de temas como la envidia, el odio a uno mismo y la autenticidad. Esta estructura también permite a la película criticar la representación superficial que la industria del entretenimiento hace de las discapacidades.
Adam Pearson, un actor con neurofibromatosis, interpreta a Oswald, un hombre que se siente completamente a gusto consigo mismo y con su cuerpo. Tal como Pearson es en la vida real, el personaje que interpreta es el modelo de autoaceptación bien adaptado. Su encanto le permite ser aceptado en los círculos sociales de Edward, aquellos que el Edward anterior a la transformación pensaba que estaban fuera de su alcance. Es ahí que la cinta se convierte en un oscuro thriller psicológico que nos lleva por el problemático camino de la lucha de un hombre en busca de la perfección.
Schimberg le ha brindado a Stan el personaje complejo de Edward/Guy destinado para el éxito de la crítica que sin su interpretación actoral, no importaría lo buena que fuera el guion. Stan se sumerge por completo en la dualidad de este papel, ofreciendo la interpretación más cruda, personal y vulnerable que hemos visto de Stan, aún más que su versión del protagonista de “El aprendiz”. Digna de todos los premios al interpretar dos caras de un mismo hombre, cada una compitiendo por el control.
Compartiendo la vision creativa de Schimberg como director y guionista, encontramos a una banda original hermosa por parte de Umberto Smerilli y una caótica dirección de fotografía de Wyatt Garfield para ayudar visualmente a la historia de Edward/Guy.
“Un hombre diferente” es una historia llena de giros y vueltas que invitan a emocionantes, apasionantes y profundas reflexiones. Hay mucho humor negro que surge del sufrimiento, pero si analizas desde otra perspectiva, se vuelve trágico, y si ves en otra, se vuelve desagradable. Así que no se la pierdan este fin de semana antes de que arranque el rush navideño y hagan sus propias conjeturas.