“El mono” ofrece una interesante trama de suspenso y misterio cargada de humor negro que solo Stephen King podría imaginar.
“El mono” es justo lo que los amantes del terror deben de ir a las salas de cine. La nueva cinta del director de “Longlegs”, Osgood Perkins, toma como inspiración el cuento corto de Stephen King y lo adapta para entregarnos una cinta con una trama de suspenso y misterio fuera de lo común cargada de una fuerte cantidad de humor negro y sarcástico.

Con un prólogo breve, nos adentramos a lo peculiar que los malignos poderes de un juguete infernal en forma de mono tocando un tambor puede tener. Un piloto ensangrentado, Petey Shelburn, quiere deshacerse de él en una tienda de antigüedades terminando en la muerte del dueño de una manera macabra. Ya adentrándonos a la trama en sí, nos enteramos que el mono es una reliquia que se transmite de generación en generación, y después de pertenecer al patriarca de la familia Shelburn (Adam Scott), que era el piloto del prólogo, antes de abandonar a su esposa Lois (Tatiana Maslany) y a sus gemelos adolescentes Hal y Bill (ambos interpretados por Christian Convery).

La dinámica entre los hermanos se desarrollará durante el resto de la historia mostrando que Hal es el más reflexivo y dócil de los dos, mientras que Bill es el típico imbécil que atormenta a su hermano por diversión. Mientras hurgan entre las cosas de papá ausente, los chicos encuentran una caja con el primate mecánico de ojos gigantes que vimos en el prólogo. Al girar la llave en su espalda, el mono comienza a golpear su tambor, acompañado de música de circo, pero en realidad no sucede nada (al menos al principio). Sin embargo, muy pronto, la niñera de los chicos los lleva a comer hibachi, donde un coqueto chef de teppanyaki decapita accidentalmente a la joven con un movimiento descontrolado de su cuchillo. Poco a poco, Hal se da cuenta del poder del mono, habiéndose cansado del acoso constante de Bill, lo activa nuevamente con la esperanza de que mate a su hermano, pero su objetivo no da en el blanco. Bill llega a casa de la escuela justo a tiempo para presenciar la muerte de su amada madre a causa de un aneurisma extremadamente raro. Huérfanos, los dos chicos son enviados a la zona rural de Maine para vivir con una tía y un tío donde, tras no poder destruir al mono, intentan deshacerse de él arrojándolo a un pozo seco donde aparentemente el objeto maldito permaneció durante 25 años.

Hal, ahora un adulto interpretado por Theo James, ha cortado toda conexión con lo que queda de su familia y ha llevado una existencia solitaria sin apegos, aunque eso se complica por haber sido padre de un adolescente malhumorado, Petey (Colin O’Brien), a quien Hal ve solo una semana al año. Con Petey listo para ser adoptado legalmente por el nuevo esposo de su ex (Elijah Wood), Hal y Petey piensan en su semana anual juntos como un último adiós cuando Hal recibe una llamada de Bill, profundamente distanciado (también interpretado por James). Bill le informa que su tía ha muerto en un extraño accidente sospechando que el mono ha regresado mágicamente, exige que Hal viaje a Maine para ocuparse de la propiedad de la tía. Obligado a obedecer y a arrastrar a Petey con él, Hal se enfrenta a una serie de muertes horribles que les suceden a los personajes indistintos. Si el mono ha regresado, entonces o ha cobrado vida propia o alguien está girando su llave y tienen que detenerlo. No cuento más para no spoilear las sorpresas.

La dirección y adaptación de Perkins rinde homenaje al gore y suspenso de King, pero añade su toque personal de humor negro para crear muertes inusuales y sangrientas que se cruzan por la vida de los gemelos. Estás muertes bizarras me dieron la impresión que es como un guiño al tipo de muertes que vemos en la saga de “Destino Final” pero con un toque de humor grotesco. Perkins declaró además que la comedia en la película evita intencionalmente la sutileza y hace uso de la sangre extrema para bromear sobre el absurdo, la inutilidad y la aleatoriedad de la muerte. La dirección de Nico Aguilar es fresca y logra mantener los oscuros escenarios brillantes por luces de neón y televisores para dar un toque único. La actuación de Convery y James es excepcional al intrerpretar a los gemelos.
Así que si son fans de las cintas de terror estoy seguro les gustará “El mono” y sobretodo el estilo gore empapado de humor. Es perfecto ejemplo de una cinta para ir con los amigos o la pareja y reírse un buen rato, y quizá, saldrán deseando exista pronto una secuela.
