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La comedia romántica “Loco por ella” además de entretener y ponernos de buenas nos hace ser conscientes de la empatía que debemos tener con alguien que pelea por su salud mental.  

La cinta mexicana “Loco por ella” dirigida por Rodrigo Nava llega justo en el momento preciso para ser disfrutada con la familia entera durante el periodo vacacional. Además de una divertida anécdota lo que hace que la cinta sobresalga del resto de las opciones en cartelera es el talento del ensamble actoral encabezado por Minnie West y Diego Klein y acompañados por Daniel Hadad, Luz Aldán, Jesús Zavala, Herlanlly Rodríguez y Cassandra Sánchez-Navarro. 

Arrancamos en una típica noche entre amigos pasándola genial en un bar. Ahí, Álvaro (Klein) quiere convencer a sus amigos que el “querer es poder”. Cualquier cosa que quieras, con solo desearlo con la mente, sucede. Ya sea un trabajo, una pareja o un acostón. Para hacer válido su punto escoge a una desconocida en la barra y conquistarla. Algo que no tomó en cuenta es que se tropezaría con Carla (West) quien lo pone a girar en un tacón con su simpatía y belleza. Sin saber cómo, lo saca del bar y tienen una noche de aventuras innumerables terminando en que él quedó realmente enamorado. Al despertar, Álvaro ve que Carla desapareció sin dejar rastro. Con la ayuda de su mejor amiga Laura (Sánchez-Navarro) se lanza a una búsqueda de meses que no lo lleva a nada más que a una terrible obsesión por encontrar a la misteriosa y enigmática Carla, ni siquiera pone mucho interés en escribir sus reportajes en su portal editorial. 

Casi a punto de darse por vencido, Laura encuentra una pista que los lleva directamente a Carla. Con flores en mano y dispuesto a todo, Álvaro se da cuenta que Carla está recluida en una clínica de reposo y no se puede ingresar sin estar enfermo de alguna condición mental que lo amerite. En su mente como príncipe rescatador es que obviamente Carla no tiene que estar ahí por su voluntad y él debe salvarla. Para eso, logra que le receten internarse un par de días y así poder estar con el amor de su vida.

Estando dentro convive con varios pacientes y por su gran corazón mientras logra conquistar a su amada, decide ayudarlos mediante su lema de “querer es poder”. Todo esto desemboca en varias situaciones cómicas con todo el reparto hasta el punto que no todo es felicidad y que Álvaro debe aceptar que la medicina si es una alternativa para tratar a pacientes con problemas de salud mental. Todo esto  mostrado con mucho tacto y empatía para cada uno de los casos de sus amigos. 

No me adentró mas en las situaciones de cada uno para no spoilear la diversión y reflexión que cada uno amerita. Lo que sí les puedo decir es que la cinta está perfectamente casteada ya que todos los personajes logran tocar fibras muy profundas en el corazón del espectador y además dejándonos claro que vivir con una enfermedad mental no es impedimento para ser amados y dar amor, aunque a veces pienses que es así. Las actuaciones de todos son verdaderamente sobresalientes. 

La adaptación de Dariela Pérez es muy conmovedora lo cual el tono de la dirección de Nava logra igualar al usar la categoría de comedia romántica para hablar de un tema tan profundo como lo es la salud mental. Sale uno de la cinta con una nueva visión sobre la lealtad con los amigos y la empatía por los problemas que la persona que tenemos frente a nosotros podría estar padeciendo evitando frases como “échale ganas” o “si quisieras podrías estar bien”. 

Así que agarren a sus familiares y vayan al cine a divertirse un rato y, quizá, lleven unos kleenex por si se les sale una lagrimita en el transcurso de la cinta. No se arrepentirán de haber ido a verla. Se los aseguro. 

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